El tercer rayo organiza el mundo físico, pero todavía es energía. Faltan los que terminan de crear la manifestación, los restantes cuatro rayos.
El cuarto rayo es el siguiente paso, después de decidir hacer, tienes que poner armonía en tu plan.
El nombre del rayo es Armonía y Belleza, y normalmente se suele añadir, a través del conflicto.
Más adelante entenderemos qué significa eso del conflicto.
Una vez tienes la visión armónica y preciosa de lo que quieres, se necesita el siguiente rayo, el de Ciencia y Conocimiento Concreto, el que nos ayuda a saber cómo hacerlo, cómo ponerlo en práctica.
Cualquier objetivo concreto necesita, para poder ser manifestado, aprender y conocer los detalles físicos.
Pero luego falta el sexto rayo, la Devoción. Tengo un ideal y como no tenga devoción a ese ideal, no pondré la energía necesaria para conseguirlo. Es el penúltimo paso para conseguir algo.
Si solo me gusta algo no lo voy a conseguir. Si eso es importantísimo para mi y haría lo que fuera para conseguirlo, está garantizado que lo vas a conseguir. Eso es devoción, eso es sexto rayo.
Y el último es llamado Orden, Ceremonial y Magia.
El orden y el ceremonial es lo último que falta, el último broche para conseguir que algo se manifieste físicamente. Hay que poner orden en todo lo que has manejado y en los materiales y recursos que tienes. El séptimo rayo es el materializador de cualquier deseo, de cualquier objetivo.
Por eso se dice que Dios se manifiesta en la Tierra. Lo que vemos en la Tierra es la Voluntad de Dios, el primer Rayo.
El séptimo es la manifestación en la Tierra. Siempre el resultado del Orden, del Ceremonial es la Magia. La magia, definida en el esoterismo, es la manifestación en el mundo de la intención inicial sea de un hombre sea de Dios.
En las próximas lecciones iremos desgranando las características de cada uno de los Rayos en profundidad.